sábado, 16 de mayo de 2009

Biblioteca de estancia Los Talas‏



En la estancia Los Talas, en medio de la pampa argentina, existe un espacio cultural insospechado: una biblioteca con más de 40 mil manuscritos incunables, textos únicos de incalculable valor, y 7.300 cartas del pensador Juan Bautista Alberdi.

Una tranquera sobre la mano derecha sostiene un minúsculo cartel que anuncia el nombre del casco y de allí nace un camino que conduce, dos kilómetros mediante, hasta un segundo portal. En ese tramo, el paisaje juega un partido aparte: de un lado, infinidad de girasoles; del otro, una simpática fauna de caballos, ovejas y vacas. Una imagen bucólica que continúa con una tupida hilera de árboles de eucaliptos que aromatiza un trayecto que alucina al visitante de ciudad.

En la desembocadura de ese sendero está la estancia Los Talas, en la localidad de Luján, ciudad a cincuenta kilómetros al oeste de Buenos Aires, conocida por su basílica, el mayor centro de peregrinaje del país. Una vez allí, vale la pena internarse en un mundo de joyas literarias que retozan en una estancia que tiene 175 años de antigüedad, y que aún se conserva intacta. El cultor de este lugar, que data de 1824, tiene nombre y apellido: José Mariano Biaus. " Fue mi tatarabuelo ( dice Etelvina Furt, la dueña), quien le compró las tierras al estanciero Pedro Díaz de Vivar. La biblioteca, una iniciativa de mi padre, Jorge Furt (humanista que vivió entre 1902 y 1971), se hizo en 1950, con sus primeros libros en francés."
Según supone Etelvina, la pasión de su padre por los libros antiguos surgió de muy joven, mientras vivió durante largo tiempo en la biblioteca del Vaticano, donde era empleado. " Cada centavo que ganaba, lo invertía en libros", repite con un orgullo inacabable. Así fue que volvió al país como un inmigrante más, en un barco cargado de baúles repletos de libros adquiridos en Europa. En Los Talas (que significa árbol añoso), el tesoro incunable se levanta en dos salones bien preservados, que se encuentran al cuidado de Ricardo Rodríguez, el esposo de Etelvina desde hace más de 50 años. Uno de los salones es de 1824; el otro, de 1860. La estancia, que cobija esta historia, se extiende a lo largo de 890 hectáreas . " Es te es un capital que pertenece a la Argentina y debe salvarse a pesar de los siglos", coincide la pareja.
Son 40 mil volúmenes que descansan en Los Talas, que incluyen códices del año 1200, originales de puño y letra de los prestigiosos escritores (nacidos a principios del siglo XX). Esteban Echeverría, Jorge Luis Borges, Eduardo Mallea, Ricardo Güiraldes, Oliverio Girondo y Alfonsina Storni, entre otros. Además, hay miles de cartas del pensador y jurisconsulto Juan Bautista Alberdi, entre 1824 y 1884, que Jorge Furt compró en 1946 (hipotecando un campo para evitar que salieran de la Argentina ). Son documentos inéditos que el Archivo General de la Nación , por decir, no posee. A través de los atiborrados anaque les, se detecta uno de los incunables más valiosos: el único ejemplar del Oráculo de Gracián, impreso en 1647. Ediciones de Petrarca y de Bocaccio del siglo XVI; obras de Voltaire, la primera edición del Cortegiano de Castiglione; una traducción al árabe de La geometría de Euclides, impresa en el siglo XVI; obras de los aristotélicos del Renacimiento. Impresos españoles de los siglos XVI y XVII, como las obras de Juan de Mena, glosadas por Hernán Núñez, publicada en Amberes, en 1522. El Amadís de Gaula, im preso en Venecia en 1533; la versión de la Vita Christi , de Ludolfo de Sajonia, primer libro editado por Estanislao Polono en su imprenta de Alcalá de Henares, en 1502. Hay primeras ediciones de Garcilaso de la Vega , Góngora y de los principales autores del Siglo de Oro, como La Eneida de Virgilio, de 1577. Y por su tamaño y exotismo, llama la atención el Antifonario, un libro del siglo XVII. Se trata de una pieza de coro que contiene pasajes breves tomados de las Sagradas Escrituras. Cerca de éste descansa el libro más arcaico que se dispone: Suma angélica, impreso en Venecia, en 1487, por Angel de Clavasio. Y en el mismo sector se halla el manuscrito Sermones cuadragesimales, que data de 1222 y es considerado una obra inédita y una rareza bibliográfica.
Una reciente visita de investigadores españoles, que recorrieron las instalaciones, apodaron a esta biblioteca como El Escorial de las pampas, pensando en la famosa biblioteca del monasterio erigido en las afueras de Madrid, por Felipe II. Cientos de miles de hojas encuadernadas descansan en el más absoluto silencio de la pampa húmeda, en habitaciones cerradas y oscuras, que intentan proteger el conocimiento acumulado durante siglos de la espesa humedad que todo lo corroe. En invierno llega el soplido helado del viento Sur; ése que carga con el polvo del encierro y sigue su rumbo. A manera de bendición, su paso ayuda a prolongar los latidos mudos de una interminable cantidad de saber que vive entre paredes levantadas en el siglo XIX. Para mantener semejante infraestructura, los dueños de casa aceptaron que Los Talas se convirtiera en un escenario abierto al turismo. "Viene gente de todos lados -hace saber Etelvina- a pasar el día o el fin de semana. Aquí se arman faenas camperas, con manjares autóctonos que yo misma preparo. Digamos que a la biblioteca la mantenemos, paradójicamente, con el turismo", detalla. La limpieza de las reliquias es otro punto central para la preservación. Nada menos que un año lleva desempolvar cada uno de los 40 mil tomos. " Cada vez que limpio un ejemplar, es inevitable que me embarque en algún fragmento. Siempre descubro cosas ", explica Rodríguez, quien dice no ser un bibliotecario, "apenas un cuidador de libros. Me dedico a su limpieza y curación."

El matrimonio, que está cerca de cumplir las bodas de oro, sueña con que en el futuro, " la biblioteca trabaje a full y se mantenga gracias a subsidios oficiales -desea Etelvina-. No pido demasiado. Creo que un espacio como éste es un orgullo para el país y es lo menos que se puede hacer por mi padre, que luchó por llegar a construir este tesoro oculto ".

Artículo enviado por: Edelmira Medina (Emi) (Buenos Aires, Argentina)

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